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El papel de la propiedad intelectual en la economía mexicana ha evolucionado rápidamente, sobre todo tras la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Para satisfacer las necesidades de una sociedad cada vez más innovadora, y para cumplir con sus obligaciones en virtud del NAFTA y del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá que le siguió, México ha modernizado sus leyes y ha reforzado la capacidad y la profesionalidad del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). Desde su fundación en 1993, el IMPI ha promovido la protección de la propiedad industrial para impulsar las actividades industriales y comerciales del país.

Los derechos y obligaciones codificados en el capítulo de propiedad intelectual del USMCA son algunos de los más fuertes del mundo. La negociación de estas disposiciones planteó una serie de cuestiones difíciles y, en ocasiones, controvertidas en ámbitos como las patentes médicas y las indicaciones geográficas. Además de ofrecer protección a las grandes empresas nacionales y multinacionales, el capítulo de la propiedad intelectual proporciona un estímulo a las pequeñas y medianas empresas y a los particulares de toda Norteamérica para que desarrollen y comercialicen sus propias ideas e innovaciones. La tarea del IMPI es liderar el cumplimiento de las obligaciones de México y, al mismo tiempo, garantizar que sus ciudadanos puedan aprovechar las oportunidades de desarrollo económico y prosperidad individual que se derivan de unos derechos de propiedad intelectual sólidos.  

El 7 de marzo de 2022, el Instituto de México tuvo una conversación con Alfredo Rendón Algara, Director General del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). Rendón habló de la implementación del T-MEC a casi dos años de su entrada en vigor y de las recientes iniciativas del IMPI en relación con las pequeñas y medianas empresas y las empresas propiedad de mujeres.